sábado, 29 de marzo de 2014

Genialísima foto que tuve la suerte de capturar yo mismo
desde mi asiento en las gradas del MEO Arena.
No se cansó la artista de repetir esta palabra al terminar su gira tras su último concierto el 27 de marzo en Lisboa, y es que al día siguiente en su facebook publicaba una y otra vez el aparentemente tan ansiado "FIN" de su gira más exitosa hasta la fecha.

Beyoncé no deja de romper récords y de llegar donde nadie lo ha hecho antes. En esta última gira ha recaudado la friolera de 180 millones de dólares tan sólo con la venta de entradas. Ahí es nada. Una gira que sin duda ha debido ser agotadora ya que ha constado finalmente de 132 shows a lo largo de todo un año. Debido a esto, quizá, a Beyoncé se la veía floja, con actuaciones en las que sólo se atrevía a marcar las coreografías y con un sonido que, quizá intencionado para disimular los posibles defectos de la cantante, dejaba mucho que desear para un show de esas características (y con esos precios). Será que nos tiene mal acostumbrados.

Un show que no escatimaba en medios, con una cámara
volátil que grabó el espectáculo al completo.
Aun así nada convencional se puede comparar con cualquier show de esta diva. Un momento muy impactante y un detalle muy bonito por parte de la artista lo tuvo durante la recta final del show. En la introducción de la canción XO, Beyoncé quería homenajear a todos sus fieles por darle todo cuanto ella había deseado siempre y por hacerla tan afortunada y tan dichosa y daba gracias a dios por tenerlo TODO (si alguien duda de esto, puede venir a discutirlo conmigo personalmente). Unas palabras muy emotivas que dejaron a todo el MEO Arena de Lisboa sin palabras, mientras la cantante no podía parar de agradecer y de mostrarse agradecida. Tanto fue así que en medio del discurso rompió a llorar de felicidad (sí, de felicidad), y no está bien que yo lo diga pero su rostro cubierto de lágrimas y con una sonrisa dibujada era angelical. Un broche de oro para un show muy personal, en el que también nos sorprendió con la presencia de su marido, Jay-Z, en la canción 'Drunk in Love'.

En conclusión, esperemos que Beyoncé disponga de todo el tiempo que necesite para descansar, reponer fuerzas, que, aunque en ésta última etapa un poco floja, se lo ha ganado a pulso. Solo así es de imaginar que pueda seguir dando las brillantes actuaciones a las que nos tiene acostumbrados y sorprendiéndonos como viene haciéndolo desde hace bastante.

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