"Acérquense, pues cuanto más crean ver, más fácil será engañarles."
Así se presenta la historia, con una absoluta "declaración de intenciones" que te deja intrigado y con ganas de más. A partir de ahí, la película se convierte en un alarde de trucos y de secretos que te deja enganchado, deseando avanzar en ella y descubrirla. La intriga y el juego del personaje de Morgan Freeman, Thaddeus Bradley, de buscar el "truco" en toda la magia ejercida por los cuatro protagonistas (también llamados los cuatro jinetes y no dejando nunca de lado la simbología) no deja lugar al aburrimiento ni a perder el hilo (y el ritmo) de la obra.
El desarrollo de la trama es bastante lineal. Sorprende al no haber momentos de bajón para los protagonistas (que siempre se muestran por encima de todas las situaciones y nunca parece ni se da a entender que puedan peligrar en el viaje hacia su "misión") ni tampoco grandes giros en el seguimiento de la policía a nuestros "magos delincuentes". Parece que la película muestra el "estado de las cosas", sin más, en vez de elaborar un camino en el que nuestros personajes se transforman ni nada por el estilo.
"El ojo de Horus". Todo un símbolo de la orden "Illuminati" y el eje central del argumento. |
No deja de sorprender las alusiones directas a la orden illuminati, con el "ojo de Horus" como eje central y principal pista de la organización, la trama en la cual el enemigo se esconde entre los aliados, el extraño logo de los cuatro magos y el detalle de los "cuatro jinetes". Le añadimos los diversos "consejos" de Thaddeus Bradley (Morgan Freeman), en los que se nos alerta de que podemos ser engañados en todo momento, el desarrollo de la trama, sin cambios, y el desenlace de la misma, con el acceso por parte de los magos al "mundo de la magia", o a la orden, sin desequilibrio ni reajuste posible, y no podemos sino creernos víctimas de un engaño nosotros mismos. Tampoco podemos olvidar la llave final cayendo al mar, como símbolo de un secreto que no verá la luz.
En conclusión, estamos ante una película obtusa, que juega con el despiste y el engaño como eje principal de la historia, pero que se convierte en una especie de tomadura de pelo o de carcajada estridente en la cara en el momento en el que da a entender que pueda tener algún tipo de mensaje más allá del desarrollo de una simple historia. Sin duda esto es un efecto positivo para la película, ya que, al menos durante un rato, nos mantiene pensativos al respecto y nos hace "creer en la magia" o algo por el estilo.
Nota: 7/10 (Buena)
Póster promocional de 'Ahora me ves' |
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