miércoles, 30 de octubre de 2013

Últimamente somos testigos de muchos comentarios en los que se menciona a una figura normalmente relegada a estar encerrada en su habitación haciendo su trabajo sin que nadie sepa de su existencia: el guionista.

Ryan Murphy, uno de los guionistas con más visibilidad
de Hollywood. Claro que también es productor.

Y es que parece que el guionista ha decidido coger al toro por los cuernos, salir de su zulo e intentar lucirse y conseguir el reconocimiento que, a su juicio, merece. Y desde aquí quiero decir que es fantástico, que los guionistas son los verdaderos responsables de las historias que se ven en todos los medios y que igual que se les machaca cuando un proyecto no funciona, se merecen reconocimientos cuando consiguen atrapar a millones de espectadores.

La noticia se ha desatado ante la estrepitosa decepción por parte de los fans de la serie americana 'Homeland' ante su tercera temporada. El público se queja de que la serie ha perdido algo, la esencia, lo que les mantenía enganchados semana tras semana en las dos anteriores temporadas, y pide que les traigan de vuelta su serie (ojo al detalle: el público considera la serie como "suya"). Pues bien, en el artículo publicado en vertele (http://www.vertele.com/noticias/la-crisis-de-homeland-carguense-a-brody-pero-%C2%A1no-disparen-al-guionista/) nos enteramos de la que es con casi absoluta certeza la razón de tal fracaso: un repentino (y silencioso) cambio en los guionistas. Al parecer los creadores de la serie están trabajando ya en otro proyecto y como es comprensible han delegado responsabilidades en otros guionistas... menos habilidosos. Parece ser que al público no se la dan, pues en seguida ha notado carencias y se ha desencantado con la trama que nuevamente quieren ofrecer.

Soberbia interpretación de Carrie por parte de la actriz
Claire Danes. Sin ella, la ficción tampoco sería lo mismo.
El artículo de vertele defiende la visibilidad de estos cambios y la responsabilidad de los guionistas tanto en los efectos positivos como en los negativos de las ficciones, alegando que sin una historia bien tramada, unos diálogos bien construidos y unos buenos trucos para crear emoción en el espectador, todos esos productos de los cuales nos hacemos fans (y a los cuales, incluso, comenzamos a considerar como una parte de nosotros mismos) quedarían reducidos a la más insípida nada. Sin embargo esto puede ser visto como un arma de doble filo, ya que quizá así las culpas y repercusiones ante un trabajo no tan bueno puedan convertirse en una auténtica pesadilla.

¿Qué opináis vosotros? ¿Visibilidad para el guionista sí, o no?

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