miércoles, 9 de octubre de 2013

Excelentísimo primer plano mal aprovechado.
El nuevo videoclip de Miley Cyrus "Wrecking Ball" sigue la estela de polémica que viene levantando esta chica desde que dejó Disney Channel. En este caso, Miley hace alarde de una calidad técnica impecable para ofrecernos un videoclip en el que pretende desnudar su alma, con el uso de un primerísimo plano perfectamente iluminado en el que Miley aparece llorándole la canción a la cámara.


Un comienzo muy potente que te hace preguntarte si no estará encontrando la chica una voz propia y un tono particular. Lástima que el vídeo avance y esas sospechas se disipen al lucirse por activa y por pasiva seduciendo a la cámara y ofreciendo su cuerpo en todo tipo de posiciones y planos, con una actitud que bien podría funcionar en un casting de actriz porno. Desnudo incluido. Y tampoco podemos olvidar la chupada de ra** digo... de martillo que hace a lo largo de todo el clip.
Bien podría haberlo hecho Lucía Lapiedra.
Le acompaña una estética simplista pero efectiva, que muestra una bola de demolición (haciendo honor al título de la canción) y muros de cimiento en constante destrucción. Una estética catastrofista que refuerza el sentido del tema sobre la destrucción interna que, al parecer, sufre el alter ego de Hannah Montana.

El resultado es un vídeo de calidad que sufre un abuso de poses y de sensualidad que no beneficia al sentido de la canción y que lo que consigue es un desnudo físico del personaje más que uno simbólico, lo cual supone un incremento en la polémica del vídeo y en su relevancia pero un descenso en su calidad.

A nosotros nos parece bien. Al fin y al cabo, un videoclip es un vídeo promocional de la música y, quizás en este caso más acentuado, del artista, así que toda la polémica que levante será beneficiosa para su carrera y será vista, en términos de popularidad, y económicos, como un éxito.

Nota: 7/10 (Bueno)

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