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| En la escritura, como en la vida, no hay mandamientos, sino elecciones. |
1.- Sé madrugador.
2.- No abandones el trabajo diario.
3.- Ve frecuentemente a pasear.
4.- Cíñete a un horario.
5.- Practica el abuso de sustancias estratégicamente.
6.- Aprende a trabajar en cualquier sitio.
Muchas veces leemos este tipo de estudios con tanta pasión por convertirnos en escritores famosos como los que aparecen en el libro de Mason Currey que olvidamos una regla básica en en arte en general y en la escritura en particular: no hay reglas.
Digo esto porque, si bien pueden servir estas seis reglas para organizar un poco mejor tu tiempo y tu profesión, no es recomendable seguirlas a rajatabla si sabes con certeza que alguna no funciona para ti. En mi caso en concreto, y supongo que le ocurrirá a más de uno (por favor, agradecería algún comentario al respecto), encuentro mucho mejor la inspiración de madrugada, cuando todo el mundo está durmiendo y yo todavía no quiero ir a la cama. Tampoco le veo el atractivo a el uso de sustancias, ya que he sido toda mi vida abstemio y es algo de lo que estoy orgulloso. Con el resto de reglas estoy más que de acuerdo.
La moraleja aquí es: usa cuantas reglas te sean útiles a ti, pero rechaza las que no. No hay verdades absolutas en este aspecto, así que siéntete libre para crear tus propias reglas.
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